Latín a la andaluza
- Diego Alatriste
- 13 ago 2017
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"Beati hispani quibus vivere est bibere"
Cayo Julio César.
Aunque esta frase hace buen honor a ciertas tradiciones de nuestra querida Piel de Toro, su intención es otra. Con esta frase se quiso satirizar la forma de hablar de los pobladores al sur del Iberus. Julio César estuvo en Hispania y le impresionó el mal latín de los pobladores y como confundían algunas letras. Por ejemplo, estos pseudo-romanos confundían la “v” y la “b”, de ahí que para los buenos hispanos beber es vivir. Y así fueron pasando los siglos y aunque aprendiéramos mucho latín, nada de nada, se seguía manteniendo ese acento.

Retrato de Marco Ulpio Trajano. Fuente: Glipcoteca de Munich.
Un siglo después del asesinato de César, nació Marco. Como cualquier nacido en una familia adinerada de las provincias, nuestro personaje recibió una buena educación. [VI1] Desde joven gustaba de cazar linces, madre mía como se enteren en Doñana, y pelear con los amigos a orillas del río Betis, no confundir con el equipo de Lopera, en la actual villa de Santiponce. Cuando ya tuvo la edad suficiente, acompañó a padre, Marco Ulpio Traiano Maior (viene a ser el senior de los latinos), en diferentes campañas militares en Oriente. Nuestro joven hispano estuvo en Siria y vivió el asedio a la ciudad de Jerusalén con el futuro emperador Tito. Esto del acuartelamiento y lo militar agradó a la criatura prolongando su servicio militar más que el resto de senadores. Este chico iba a llegar alto.
Pasaron unos pocos años, concretamente en el 53 d.C., cuando Trajano fue llamado por el emperador Nerva para ser adoptado. Así fue, este destacado militar y hombre respetado fue llamado a ser el nuevo emperador. Al llegar a su cargo se “comió” un papelón importante. Tras años de mal gobierno, malos emperadores y anarquía militar, éste tuvo que erradicar la corrupción y los malos usos. Cuando de frontera para dentro estaba todo tranquilito, decidió empezar a conquistar, no era nuestro amigo de andar mucho en Roma. Pues fue en uno de estos discursos en el Senado para anunciar las conquistas cuando de la bancada comenzaron las carcajadas. ¿Qué le pasa al emperador que habla raro?... Esto nos pasa por poner a un hispano… y demás bromas de todos los itálicos para desacreditarlo. Sería gracioso, la verdad, disfrutar de los discursos de nuestro amigo.
La cámara de patricios y adinerados parece ser que no miraba con muy buenos ojos, pero las tonterías se pasarían cuando llegaron los carros cargados de oro de Tracia y Nabatea. Por otro lado, el pueblo estaba feliz al recibir tierras en las nuevas conquistas y su buen pan y circo. Al fin y al cabo, las cosas no han cambiado tanto, los menganos a lo uno y los fulanos a lo otro. Sin duda, aunque su latín no era bueno, estamos hablando de uno de los mejores emperadores y el primero hispano. A este le seguirán su sobrino Adriano y Teodosio I, último emperador de la Roma unificada.

Foro de Trajano (Roma). Fuente: National Geographic.
Para concluir, visíteme el lector las ruinas de Itálica (Sevilla) y no me consideren a Trajano, ni a sucesores, ni españoles ni andaluces, estos señores eran hispanos. Lo de Andalucía es cosa de Blas Infante y lo de España de un rey que vino de Francia, y la unificó allá por 1714. El título es una mera licencia para hacer atractivo el mismo.
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