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La tapia de un cementerio

  • Foto del escritor: Diego Alatriste
    Diego Alatriste
  • 17 jul 2017
  • 2 Min. de lectura
Comenzaba el mes de julio en la ciudad de Madrid, hay sesión en el Congreso de los Diputados. El diputado de Renovación Española (monárquico y de derechas) toma la palabra para hablar sobre la reciente victoria del Frente Popular, en febrero de ese año. Al terminar su discurso (“Es preferible morir con gloria a vivir con vilipendio”), en la bancada comunista se alza una voz. La diputada Dolores Ibarruri, “la Pasionaria”, responde a Calvo Sotelo con la siguiente amenaza: “Has hablado por última vez”. El abogado gallego baja del estrado, cierra el maletín y sale del hemiciclo con dirección a su domicilio.

El teniente Castillo y Calvo Sotelo en el Diario Ahora. Fuente BNE.

Pasaron los días y el domingo 12 de julio, el teniente de la Guardia de Asalto José Castillo sale de su casa en la calle Augusto Figueroa con dirección al Cuartel de Pontejos, donde la famosa tienda de botones. Cuando tomaba la esquina con la calle Fuencarral, junto al Humilladero de Nuestra Señora de la Soledad, un grupo de falangistas encabezado por Alfonso Gómez Cobián abren fuego sobre el teniente. Castillo cae herido sobre un viandante y es llevado en taxi a la calle de la ternera para ser atendido por el médico. No se puede hacer nada, sólo se certifica su muerte.

El cuerpo es trasladado a la Dirección General de Seguridad, actual Delegación del Gobierno, para la capilla ardiente. En el próximo cuartel donde trabajaba e instruía a las milicias del PSOE el difunto, un grupo de compañeros decide cobrarse cara la muerte de su amigo. Sacan del garaje el vehículo 17 y dirigidos por el capitán Condés recorren Madrid buscando derechistas. El primer objetivo era Goicoechea, afamado monárquico, pero al no estar en casa deciden ir por Gil Robles. Éste también se salva, no estaba en casa. Cuando volvían de su búsqueda por la calle Velázquez, a la altura del 89, uno de los guardias dice que allí vive Calvo Sotelo. Bajan de la camioneta y suben al cuarto piso para llevar al abogado a la DGS.

Entierro brazo en alto para despedir a Calvo Sotelo. Fuente: La Gaceta.
Monos obreros y puños en alto frente al féretro de Castillo. Fuente: La Gaceta.

Cuando el camión circulaba ya por la calle Ayala, uno de los guardias dispara en la nuca y en el pecho al diputado. Tras esto, lo llevan al Cementerio del Este o de la Almudena donde entregan su cuerpo. A la mañana siguiente corre la noticia de que han matado a Calvo Sotelo. Madrid está de duelo por las dos muertes, veremos cuánto tarda en vestir el luto toda España

El día 14 de julio por la mañana se celebra el entierro de Castillo y por la tarde el de Sotelo. Uno en el civil y otro en el católico. A los entierros acuden compañeros y correligionarios, brazos y puños en altos, odio y gritos. Calma tensa hasta que la noche del 17 al 18 de julio las tropas de África y algunos acuartelamientos peninsulares se alzan. Comienza una carnicería que durará tres años.

“Entre los hunos y “los hotros” están desangrando, ensangrentando, arruinando, envenenando y entonteciendo España”.
Miguel de Unamuno.








 
 
 

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© 2016 por Alejandro Nieto Tapia y Julio Sandoval Márquez.

No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños. 

Cicerón (106 a.c.-43 a.c.)

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