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Nuestro amigo el castellano

  • Foto del escritor: Diego Alatriste
    Diego Alatriste
  • 22 nov 2016
  • 5 Min. de lectura

En el Mentidero de las Letras normalmente hablamos de grandes acontecimientos o de personajes que han destacado, pero hemos olvidado algo muy importante y muy nuestro: el castellano. Con este artículo queremos traer expresiones que siguen en uso y que tienen su origen entre las filas de esos soldados de infantería que tanta guerra dieron a lo largo de Europa o que es algo curioso.


“Ir hecho un Ecce Homo”


Ir hecho un Ecce Homo o ir hecho un Cristo significa ir hecho una pena, ir desaliñado, hecho un desastre vamos. Así que si alguna vez volvéis a casa con la camiseta sucia, despeinados, sin algún zapato o algo así y os dicen “chico, vas hecho un Ecce Homo”, aunque en algunas partes de nuestra querida Piel de Toro se simplifica como “Decehomo”, ya sabéis a lo que se refieren. El origen de esta frase es bíblico, dentro del Nuevo Testamento, cuando Poncio Pilato presenta a Jesús tras la flagelación y coronación de espinas y significa ¡este es el hombre! o ¡he aquí el hombre! Podemos imaginar la facha que presentaba el hijo de Dios y nosotros, píos hispanos, hemos adoptado esa frase en nuestro extenso vocabulario.


Ecce Homo del escultor barroco Gregorio Fernández


“¡Jesús!”


Ya fueran los griegos con su ‘vivid’ o los romanos con su ‘salve’, lo cierto es que eso de hacer referencia a los dioses cuando se estornudaba estaba de moda. Sin embargo, fue en el año 591 cuando esta expresión alcanzó pleno significado. En aquellos años la peste azotó la ciudad de Roma, enfermedad por la que los afectados morían estornudando. Si alguien presenciaba esta escena exclamaba en voz alta “Dios te bendiga” con el fin de que Dios les alejase del peligro y posteriormente se sustituyó por Jesús haciendo alusión a la segunda persona de la Trinidad, que no deja de ser Dios.


“A buenas horas mangas verdes”


Esta expresión hace referencia a la tardanza de la ayuda, especialmente si es innecesaria. Ésta tiene su origen en el s. XVII, pero los “mangas verdes” son algo más antiguos (s. XV). Desde época de los Reyes Católicos, la Santa Hermandad era institución que se encargaba de asegurar los caminos e impartir justicia sobre los delitos cometidos fuera de urbes y ciudades, algo my parecido a la Guardia Civil caminera del duque de Ahumada.

Esta institución formada por dos mil soldados se caracterizaba por su uniforme, un coleto (chaleco) de piel que llegaba a la cintura y una camisa de color verde. Esta vestimenta hizo que el pueblo, tan amigo de chanzas y de simplificar todo, denominó a la Santa Hermandad como cuadrilleros o mangas verdes. Por lo tanto, cuando esta institución llegaba tarde o mostraba poca eficacia en sus labores, lo más común, el pueblo solía expresar su descontento con esta frase: “A buenas horas mangas verdes”.


Soldados de la Santa Hermandad con su característica camisa verde.


“Esto es una bicoca”


Esta frase hace referencia a algo muy fácil o sencillo. Tiene su origen en las filas de los Tercios, ya que el 27 de abril de 1522, en la localidad de La Bicocca, se libró una batalla entre las tropas imperiales y una confederación de ejércitos francohelvética. Tan asequible fue esta batalla, que los soldados satirizaban sobre la misma diciendo que “era una bicoca”, ya que mientras que los enemigos sufrieron gran cantidad de bajas no hubo casi ninguna entre las filas hispánicas.


“Vale un potosí”


Esta expresión hace referencia al elevado valor de algo, aunque también se puede hacer uso de la frase “vale un Perú”. Para conocer el origen de esta frase tenemos que cruzar el Océano Atlántico para llegan a las Indias, donde nace el honrado oro según Quevedo. En Potosí (actual Bolivia) existe una gran mina de plata que aún produce mineral y se lleva explotando desde 1545, principalmente para llenar las arcas de banqueros alemanes y genoveses. El origen de esta frase, se dice, que procede de la obra cumbre de nuestra literatura, Don Quijote de la Mancha.


Grabado del s. XVI donde se representa el cerro y el pueblo de Potosí.


“Por si las moscas”


El origen de esta expresión se remonta a 1285, cuando las “moscas de San Narciso” salieron disparadas de la tumba del santo del mismo nombre para atacar al ejército francés, dirigido por Felipe “El Atrevido”; quien se disponía a sitiar la ciudad de Gerona. Normal que cundiera el pánico entre las tropas, quienes a su vez se vieron contagiadas por la peste y obligadas a dejar de lado el asedio para volver a sus casas. Aunque muchos hipercríticos, allá vosotros con vuestra conciencia y vuestra alma, tacharéis esta historia como leyenda, nosotros no dudamos de la intercesión del santo en la derrota del francés.


“No hay moros en la costa”


Tras la Reconquista, las costas de España estuvieron dos siglos sometidas a la piratería, hasta tal punto que se decía que un pueblo se acostaba normal y se despertaba desierto, con los hombres muertos, y las mujeres y los niños esclavizados de camino a los puertos piratas del norte de África. Para evitar tales ataques, pues los moriscos expulsados conocían la zona e indicaban dónde y cómo atacar, se trasladaron los pueblos al interior y se colocaron vigías en las costas. Cuando no había moros en la costa significaba que no había peligro.


“Poner una Pica en Flandes”


Opuesto a la “bicoca”, es sinónimo de algo sumamente dificultoso o costoso, refiriéndose a los gastos y esfuerzos que suponía el envío de los Tercios. Cervantes usó varias expresiones similares en su obra: el personaje de Sancho Panza afirma que «pues si yo veo otro diablo y oigo otro cuerno como el pasado, así esperaré yo aquí como en Flandes», lo que equivale a decir en cualquier parte.


“Se armó la gorda”


Así fue como se llamó en Andalucía a la revolución de 1868 que quería dar al traste con el reinado de Isabel II. Aunque también se la denominó como la Gloriosa o la Septembrina, fue la Gorda (en referencia a que los ciudadanos liberales esperaban que se montara una revolución muy gorda) la expresión que ha perdurado hasta nuestros días. Finalmente la revolución no tuvo éxito alguno, y la instauración de una monarquía parlamentaria permaneció en el campo de los sueños.


“Rita la cantaora”


Rita Giménez García era una cantaora flamenca de Jerez de la Frontera, como Lola Flores, que nació en 1859 y destacó por su facilidad para la interpretación. Las diferentes fuentes no terminan de ponerse de acuerdo sobre el origen y porqué se asocia a "Rita la cantaora" con todos esos dichos, por los que unos se decantan que se originó debido a la facilidad que tenía ésta para satisfacer la solicitud de los espectadores, cuando éstos pedían a otras artistas alguna canción extra y las compañeras les contestaban el popular “Eso lo va a hacer Rita la cantaora”.


Rita Gimenez García "la cantaora"

“Salvado por la campana”


Esta frase guarda un sentido algo macabro ya que en el siglo pasado la medicina aún no estaba suficientemente desarrollada, de manera que los doctores, barberos o matasanos por un simple mareo firmaban el acta de defunción y se procedía al sepelio y posterior inhumación del presunto difunto. De esta manera, era normal que aparecieran los ataúdes con arañazos en su interior, por lo que se optó en introducir hilos de fieltro en el sepulcro que conectaran con una campana, de manera que si el difunto recuperaba el sentido se pudiera salvar.





 
 
 

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© 2016 por Alejandro Nieto Tapia y Julio Sandoval Márquez.

No saber lo que ha sucedido antes de nosotros es como ser incesantemente niños. 

Cicerón (106 a.c.-43 a.c.)

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