«Un caballo, un caballo, mi reino por un caballo».
- Diego Alatriste
- 12 sept 2016
- 3 Min. de lectura
Aunque esta frase pertenece a la tragedia Ricardo III de William Shakespeare, algo muy parecido debió pensar el rey francés Francisco I cuando fue capturado en la batalla de Pavía (1525) por un grupo de soldados del emperador Carlos V. A continuación vamos a relatar brevemente lo que ocurrió.
El reino de Francia se encontraba cercado por los territorios que pertenecían al emperador y, en un acto de desesperación, cruzaron los Alpes y ocuparon el Milanesado con una tropa de 36000 hombres. Tras esto, el monarca, continuó el avance victorioso hacia el sur llegando a la ciudad de Pavía, donde le aguardaban 7000 soldados (2000 españoles y 5000 alemanes) comandados por el navarro Antonio de Leyva. Estas tropas lograron resistir hasta que llegó Francisco de Ávalos, Marqués de Pescara, con un contingente mayor formado por 10000 alemanes, 4000 españoles, 3000 italianos, 2000 jinetes y 17 cañones.

Tapiz que representa una escena de la batalla de Pavía.
El día 23 de agosto, las tropas del marqués realizan una encamisada que forzó el enfrentamiento entre ambos ejércitos saldándose con la victoria de las tropas imperiales. Esta derrota del francés supuso la pérdida 10000 soldados y 3000 prisioneros, entre ellos el propio Francisco I, mientras que 500 en las imperiales, destacando la del Marqués de Pescara.
Ante esta brutal derrota y la carga de los arcabuceros de la compañía de don Diego de Mendoza, el rey Francisco quiso ponerse a salvo al no poder lanzar otro ataque pero su caballo fue abatido por el guipuzcoano Juan de Urbieta. Cuando el soldado se acercó al jinete en el suelo se quedó impresionado ante la lujosa armadura que portada y, como buen soldado, por la recompensa que recibiría. Al ver al soldado amenazante con la espala el rey pidió cuartel: “¡la vida, que soy el rey!”.
Pero la cosa no terminó aquí, ya que Urbieta tuvo que retirarse a ayudar para apoyar al alférez de su compañía, así que dijo a Francisco I que era su prisionero, el rey aceptó y este continuó combatiendo. Al finalizar la batalla, el francés se entregó reconociendo que fue capturado por el guipuzcoano y pasó a formar parte de los prisioneros del ejército vencedor.

Francisco I es apresado en la batalla.
Francisco I fue traído a la Villa de Madrid por el puerto de Valencia y hospedado primero en la Casa de los Lujanes, en la actual plaza de la Villa, y posteriormente en unas estancias del Alcázar. Fue aquí donde se le forzó a firmar el Tratado de Madrid (1526) donde Francia renuncia al Milanesado, Génova, Borgoña, Nápoles, Artois, Tournai y Flandes, además de casarse con Leonor, hermana de Carlos V, y a enviar a sus hijos a España como rehenes para que se cumpliera dicho tratado.
El otro personaje de nuestra historia, Juan de Urbieta, fue honrado por el emperador y recibió un escudo de armas y un diploma con sus méritos, además de un ascenso a capitán de caballería y el título de Caballero de la Orden de Santiago y Cotino de Su Majestad. Finalmente, fue enterrado el 22 de agosto de 1553 en la parroquia de San Juan Bautista de Hernani, su localidad natal.
Como conclusión, simplemente mencionar que los restos del soldado fueron profanados por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia. En dicha contienda también fue devuelta a Francia la espada del monarca que perdió en Pavía.
Comments